Putzuzulo Gaztetxea
18-10-2010
Hell Division + Tragedy
Llegó el momento que muchos oyentes llevábamos esperando, el día en que los norteamericanos Tragedy viniesen a tocar entre nosotros, y casi puede decirse que muchos nos mentalizamos e incluso algunos se “acicalaron” para ello. Quien nos iba a decir a todos que la noche acabaría de un modo bien distinto.
A eso de las nueve pasadas comenzaron los donostiarras Hell Division. Un sonido muy oscuro, si bien ahondan en sonidos crust, podríamos englobarlos entre los que siguen la línea de sonido más metalero, frente a los que llevan la vena más punk. Instrumentalmente me gustaron bastante, eran muy compactos y bastante bestias. El cantante sin embargo no me gustó tanto, no se si sería que no había calentado suficiente la voz, pero en lugar de salir con una voz totalmente gutural o chillona, fue algo que estaba a medio camino y no me terminó de convencer. Se valió de un pedal delay para hacer efectos de eco en la voz, y si bien inicialmente el resultado era poco convincente para mi gusto, debo reconocer que en general, a medida que avanzaba el concierto la cosa fue mejorando terminando de dar un resultado agradable.
Después llegó el turno de Tragedy. Han logrado generar muchos seguidores con esa renovación del sonido crust que impulsaron con tres pedazo de discos (Tragedy, la joya Vengeance y la correcta Nerve Damage) y, si la memoria no me falla, dos singles (uno de ellos compartido con Totalitar), y que estaba ansiosa por verlos tocar. No puedo decir con seguridad cuantos éramos, siempre he sido muy malo para hacer cálculos superficiales en sitios cerrados y oscuros como el de la sala del Gaztetxe de Zarautz (y en sitios amplios es aún peor). Podíamos ser unas trescientas personas. Algunos dicen que podíamos ser unos cuantos más, y venidos de muchos sitios para ser un lunes (¡al parecer había incluso sevillanos que vinieron a seguir la gira!).
La actuación del cuarteto de Portland puede resumirse en dos partes. La primera es el concierto en sí. Hicieron varios temazos de los tres discos (la mayoría que reconocí eran de Vengeance), la primera canción del single en solitario y un tema muy bueno, rítmico, que a varios nos sonó muy Motörhead (¿una nueva canción?). Fue una actuación realmente buena, en directo demostraron que no había adornos extra en los discos, que transmiten exactamente lo mismo, sin perder un gramo de fuerza, y el público lo disfrutó totalmente, bailando moshes y demás en primera fila y los que conocían las letras las gritaron (como fue con The Hunger). A mi me atrajo ver cómo reivindicaban a través de pegatinas y camisetas su procedencia de la escena Hardcore-Punk, cuando podía parecer más metal, pues hay había un montón de bandas: GISM, Wretched, Post-Regiment…
La segunda parte, la peor, llegó demasiado deprisa. Tras unas ocho canciones, al de unos treinta minutos, dejan de tocar. Todos pensamos que era el típico descanso y que harían bises, pero no. Nadie se movía del lugar y no tenían escape posible, pues tenían que pasar entre el público. Mientras que el baterista tomaba aire con un ventilador, el resto amagaba con desmontar. La gente comenzó a pitar, a gritar. El baterista se dio cuenta y trató de convencer al resto de volver a tocar. Y casi lo consiguió, pues los dos cantantes llegaron a encender de nuevo sus amplificadores. Pero el segundo guitarrista, en tanto discutían del asunto, siguió desmontando a la chita callando y finalmente les acabó mirando con una cara tipo “¿pretendéis que vuelva a montar todo esto?”. Y así acabó el concierto a los treinta minutos. Maitena y yo nos marchamos de allí a las once de la noche. Antes pudimos ver como les lanzaban algún objeto. La actitud de la banda fuer vergonzosa, como algunos se lo reprocharían después, y mucha gente, viendo que ya no era posible reclamar el dinero de la entrada, optó por hacérselo pagar de otra forma, la misma que hubiese hecho yo de no haberme comprado las camisetas antes del concierto: no comprándoles nada. Los colegas me dijeron que apenas vendieron nada después de su actuación, y que seguramente fue por su obrar.