José Manuel Roca
ISBN 978-84-936562-1-8
194 páginas
2008
La Linterna Sorda Ediciones
La trayectoria de la lucha por los derechos de las personas negras en los Estados Unidos es muy larga, tanto o más que la fundación propia del país, así como ha habido un notable incremento entorno a su documentación. En castellano se han publicado algunas cosas la última década, donde se pueden destacar Panteras Negras, Poder Negro y la historia de Huey P. Newton (agotado), o Queremos libertad, la tesis del histórico militante Mumia Abu-Jamal publicado en 2007 por Virus basado en parte en su paso cuando era un adolescente por el grupo de Panteras de Philadelphia.
José Manuel Roca nos presenta Nación negra, poder negro, la cual si bien nos refleja una vez más la larguísima sombra del Black Panther Party, va más allá, pues va mucho más atrás en el tiempo para encontrar las raíces de su lucha.
El autor nos recuerda como la economía de las trece colonias británicas que se independizaron estaba basada en los grandes beneficios que reportaba la esclavitud, pues eran mano de obra absolutamente barata (por no decir gratuita) con la que se cimentaban tanto las plantaciones como las primeras fábricas, sustentadas por los hombres y mujeres secuestrados en gran medida en África. Hay luchas desde los inicios, esclavos que se rebelan en los navíos que les conducena América, o los que hastiados por las condiciones de vida en los latifundios plantan cara a sus señores. La Constitución redactada tras la Independencia hace referencia a justos derechos y libertades de las personas, pero los poderosos que redactaron y firmaron tal documento habían hecho trampa: el texto hacía referencia a las personas que ya eran libres, es decir que estaban excluidos tanto los negros como otros grupos (como los nativos americanos).
Todas estas luchas llevan a dos conclusiones diametralmente opuestas por aprte de la población blanca: en los estados del norte empiezan a reconocerse algunos derechos con el paso del tiempo, pero en los estados del sur son cada vez más violentos, y esta una de las muchas razones que desencadenarían en la Guerra civil iniciada en 1860.
El libro avanza en los años hasta llegar rápido a los años que trajeron el cambio definitivo. Nos detenemos en los años 50 del siglo pasado, donde unos pocos actos en principio nimios influirían de manera determinante.
El primero que se menciona es el derecho que otorga el propio poder. Sobre 1955 se cambian las leyes y se prohíbe la segregación en las aulas, especialmente en las universidades, lo que había impedido que ningún negro obtuviese ese tipo de títulos académicos. En los estados del sur no se reconoce tal derecho y se producen enfrentamientos, con los racistas que quieren impedir la entrada a los primeros negros matriculados, la policía que tampoco permite el acceso por orden de sus gobernadores, y por la Guardia Nacional enviada por el Gobierno Federal para permitir el acceso de los estudiantes.
Pero la más directa influencia llegaría de la desobediencia civil. La más conocida fue la que llevó a cabo Rosa Lee Parks el primero de Diciembre de 1955. Las leyes impedían sentarse a los negros en las filas delanteras de los autobuses, hecho que ese día ignoró Rosa, y que provocó un gran altercado cuando el chofer la conminó a ceder su asiento a un hombre blanco a lo que se negó ella, acabando la mujer en la cárcel. Como respuesta, el entonces desconocido reverendo bautista Martin Luther King llamó al boicot de la compañía de autobuses, campaña que duró año y medio, hasta que se cambiaron las leyes.
Otra acción llamativa fue la que cuatro estudiantes llevaron a cabo en uno de los establecimientos de una cadena de cafeterías en la que estaba prohibido servir a los negros. Entraron y al ver que no les servían pasaron todo el día sentados en la mesa charlando entre ellos. Al día siguiente volvieron con más amigos y cada vez eran más e incluso empezó a llevarse a cabo en otras cafeterías de la cadena. Finalmente, fueron servidos.
Rápido empieza el escritor a hablar de las Panteras Negras, pues al fin y al cabo su influencia tanto en la sociedad negra como entre otros grupos rebeldes fue muy clara. Hasta entonces la desobediencia civil y el movimiento por los derechos civiles tuvieron como objetivo que los negros fuesen aceptados como iguales en la sociedad clasista americana, y una de las respuestas de la misma fue el asesinato de su máximo exponente, el reverendo Martin Luther King. Los Panteras sin embargo no buscaban formar parte de una sociedad racista, fascista y clasista y reivindicaban la Revolución, proclama tan en boga en esos convulsos años en los que se vivía el proceso de descolonización en tantos lugares dando paso a revueltas revolucionarios en muchos de esos nuevos estados. El programa de diez puntos del Partido Pantera Negra es claro testimonio de ello, pues además de reclamar el derecho a la autodefensa, reivindicaban un estado independiente y socialista para la población negra dentro del territorio estadounidense.
Las Panteras Negras lucharon en diversos ámbitos que tuvieron una calurosa acogida dentro de su comunidad, como fue el programa de desayuno gratuito para los hijos de las familias pobres, los hospitales para quienes no tenían recursos… El trabajo para su gente tuvo una respuesta directa en el incremento de miembros, así como las relaciones con otros grupos revolucionarios, lucharon activamente contra la guerra de Vietnam (es más, llegaron a hacer campaña para buscar voluntarios dispuestos a luchar con el Vietcong contra el ejército americano). Todo esto no sería perdonado por los dirigentes racistas y con el director del FBI J. Edgar Hoover a la cabeza se lanzaron contra ellos sin piedad. Asesinatos, guerra sucia, infiltrados, creación de desconfianza por falsas misivas y rumores, entrada masiva de droga. El programa COINTELPRO funcionó estupendamente y fue así como el grupo surgido en 1966 estaba ya en 1972 en proceso decadente por toda la basura acumulada.
Es un libro muy interesante pues nos enseña la lucha de siglos de una comunidad y pese a haber ya anteriormente otros escritos conocidos, no viene mal leer este, pues muchos de los anteriores son realmente harto difícil de adquirir mientras que este, aunque sea un tanto rápido (pues apenas llega a las doscientas páginas), nos enseña más que el Black Panther Party fetiche para muchos.